lunes, 9 de marzo de 2009

los tres tesoros

Los Tres Tesoros

El cuerpo es el templo de la vida. La Energía es la fuerza de la vida. El Espíritu es el gobernador de la vida. Si uno de ellos se desbalancea, los tres son dañados. Cuando el espíritu toma el mando, el cuerpo lo sigue naturalmente, éste arreglo beneficia a los Tres Tesoros. Cuando el cuerpo guía el camino, el espíritu va solo, y esto daña a los Tres Tesoros.
Wen-tzu Classic (siglo uno AC)

Todos los humanos nacen en este mundo dotados con los tres preciosos tesoros de vida, por virtud de ellos estamos capacitados para existir, funcionar y pensar. Estos tesoros componen nuestro legado natural, y el grado con el cual los protejamos y preservemos determinará el estado de nuestra salud y el lapso de nuestras vidas. Aquellos que derrochan y abusan de los preciosos tesoros de vida sufren la pobreza de la enfermedad crónica y de la muerte prematura, mientras que aquellos que los cultivan y conservan disfrutan de la riqueza de la salud y la longevidad.
La tradición Taoísta de China contiene el registro de investigación científica en curso más largo del mundo, abarcando un período de al menos 5.000 años. Desde tiempos ancestrales, la salud y la longevidad tuvieron un lugar preponderante entre los principales campos de interés estudiados por los adeptos al Taoísmo, quienes ven el organismo humano como un microcosmos del universo, completo con sus propios 'cielo' y 'tierra' internos, su propio 'clima' y 'estaciones', sus propias transformaciones cíclicas e intercambio natural de energías universales.
En la visión Taoísta, los Tres Tesoros de los cuales depende la vida son esencia (jing), energía (chee), y espíritu (shen ). La Esencia se refiera al cuerpo físico de carne y hueso, incluyendo todos los materiales básicos que lo constituyen, particularmente los fluidos esenciales tal como hormonas, enzimas, y neurotransmisores. La Energía es la fuerza primordial de la vida la cual recarga cada célula y tejido del cuerpo vivo y activa sus funciones vitales. El Espíritu abarca todos los aspectos de la mente, ambas humana y primordial, incluyendo conciencia y conocimiento, pensamiento y sentimiento, voluntad y empeño. A la vez los Tres Tesoros ( san ba), también se conocen como las Tres Maravillas (san chee), funcionan como una sola unidad orgánica.
Cada uno de los Tres Tesoros tiene dos aspectos fundamentales, conocidos en la terminología Taoísta como "prenatal" (hsien-tien) y "postnatal" (hou-tien ), o primordial y temporal. El aspecto prenatal son las cualidades puras que preceden al nacimiento e implantadas en el embrión fertilizado en el momento de la concepción. Los aspectos postnatales son las manifestaciones temporales las cuales se desarrollan después del nacimiento, comenzando en el momento en el que se corta el cordón umbilical y el niño obtiene el primer aliento de aire. Prenatalmente, los Tres Tesoros son una unidad amorfa e indivisible, pero ellos se separan después de nacer y toman sus respectivos aspectos temporales, por eso se tornan vulnerables de agotamiento y decadencia. Uno de los propósitos primarios de la alquimia Taoísta es restaurar la unidad primordial y la pureza primordial de la esencia, energía y espíritu con el fin de prevenir la enfermedad y la degeneración del organismo humano postnatal, retardando el proceso de envejecimiento y prolongando la vida.
Realmente no hay un gran misterio en la alquimia Taoísta. Es simplemente cuestión de aprender como emplear la mente para controlar la energía y por ende regular las transformaciones bioquímicas esenciales y el funcionamiento de los órganos vitales del cuerpo. La mayoría de las personas permiten pasivamente que los estímulos del entorno, emocionales y físicos gobiernen su esencia y energía; los Taoístas usan activamente sus mentes para dominar sus energías, y sus energías pasan a controlar sus esencias. Accediendo a las potencias primordiales de nuestras mentes, podemos aprender como aplicar la "mente sobre la materia" con el objeto de mantener la salud y logra la longevidad de nuestros cuerpos.
La alquimia Taoísta revierte el constante proceso de debilitamiento y agotamiento de la esencia, la energía y el espíritu ocasionadas por la vida ordinaria en el mundo material y lo transforma en un proceso de aumento que preserva los Tres Tesoros y prolonga la vida. Este es un proceso que cualquiera puede aprender y practicar, pero requiere una familiarización con los principios básicos del universo que gobiernan la vida humana y su entorno natural. La única condición requerida para ser un adepto al Taoísmo es la voluntad y la disciplina para tomar el mando completo de su propia energía, comando completo de su propio cuerpo, y una completa responsabilidad por su propia vida. El resto es simplemente una cuestión de método.

Esencia
La Esencia se refiere a las más altamente refinadas sustancias que constituyen el cuerpo humano, es el sustento básico de la vida corporal. También traducido como "vitalidad", la esencia es una forma potencial de energía, como el líquido de una batería, desde el cual el cuerpo extrae energía cuando la necesita. En el aspecto prenatal, la esencia es la primitiva fuerza creativa del cosmos, la avidez universal por procrear y perpetuarse. Cada individuo recibe una medida fija de esta esencia prenatal de la fusión del esperma y el óvulo provistos por el padre y la madre. Después de nacer, cuando el cuerpo se desarrolla, esta esencia primordial se almacena en lo que los chinos llaman las "glándulas riñón" (corteza suprarrenal [1]) así como en las secreciones sexuales de los órganos reproductivos masculino y femenino. Esta es pasada a la siguiente generación a través de la reproducción sexual y por esto es considerada como inmortal y auto perpetuante.
La esencia postnatal es refinada y sintetizada desde los nutrientes extraídos de la comida y el agua y es almacenada primariamente en el hígado, la sangre y la médula espinal. Toma la forma de fluidos muy puros y potentes como hormonas, enzimas, neurotransmisores, fluido cerebroespinal, fluido linfático, plasma sanguíneo, y otras esencias bioquímicas. Se manifiesta a sí mismo como género y sexualidad, provee fuerza, vitalidad, e inmunidad y es fácilmente derrochada en los hombres a través de una excesiva pérdida de semen, en la mujer a través de la menstruación, y en ambos géneros a través del estrés crónico, la desnutrición y la enfermedad. La esencia postnatal reside en el sacro y está estrechamente relacionada con las funciones sexuales y digestivas.

Energía
La energía es la fuerza vital que activa cada función y maneja cada proceso in el cuerpo humano, tanto voluntarios como involuntarios. Es como la corriente eléctrica corriendo a través de una computadora: sin ella no trabaja ninguna de las funciones. En el aspecto prenatal, la energía es la potencia primordial que inunda el universo entero, donde se manifiesta a sí misma como calor, luz, movimiento y otras energías universales. La energía postnatal se manifiesta en los humanos como diversas energías asociadas con los principales sistemas orgánicos, y como calor corporal, respiración, pulso, y otras formas de bioenergía. La energía postnatal es polar y electromagnética y se caracteriza por su constante actividad y transformación.
Los humanos extraen energía primaria prenatal de dos fuentes. Una es de la transformación de la esencia prenatal almacenada en la corteza suprarrenal y las glándulas sexuales. Es llamada yuan-chee ('energía primordial'), y cada individuo nace con un aporte limitado de ella. El convertir la esencia prenatal glandular en energía primordial requiere una avanzada forma de alquimia Taoísta conocida como nei-gung ('trabajo interno'). La otra fuente de energía prenatal se llama tien ('cielo'), la cual se refiere al cielo y al cosmos. Energías cósmicas del cielo entran al cuerpo a través de la parte superior de la cabeza, mientras la luz se asimila a través de la piel y de los ojos.
La fuente de la energía postnatal es llamada dee ('tierra'), la cual se refiere a la comida, el agua, las hierbas y otros materiales suplementarios, así como del aire. Los elementos dietarios son digeridos para extraerles nutrientes vitales, los cuales luego el cuerpo transforma en energía. La energía del aire es absorbida a través de los pulmones y puede ser cultivada con una simple forma de ejercicios de respiración Taoístas conocidos como chee-gung ('trabajo con energía'). Cuando la energía del aire de los pulmones se mezcla en la sangre con la energía de la tierra que proviene del sistema digestivo, se forma lo que se conoce como "Verdadera Energía Humana", la fuerza fundamental de la vida humana temporal.
La energía humana reside en el pecho y está estrechamente asociada con la respiración y la circulación de la sangre, el corazón y los pulmones. Los textos médicos taoístas dicen que 'la energía conduce a la sangre', lo cual significa que la sangre fluye donde la energía va y que la circulación de la sangre puede entonces ser controlada por la regulación de la respiración. Este es un principio fundamental de la práctica del chee-gung.



Espíritu
El Espíritu se refiera a la mente y todas sus variadas facetas y funciones. El espíritu prenatal es la 'mente de Tao' primordial, el alma inmortal, la luz original de la conciencia. Él es el eterno chispazo de conciencia el cual 'no es nacido ni ha de morir'. Él es inmaterial, luminoso y reside en el corazón.
El espíritu postnatal se manifiesta a sí mismo como pensamiento y conciencia sensorial, psiquis y ego personal y como la noción de sí mismo. Aunque la mente original de Tao es abierta, indiscriminada, no dualística, y perfectamente calma, su manifestación temporal en la mente humana es cerrada, discriminativa, dualística, y siempre agitada. La mente humana postnatal reside en la cabeza y se expresa a sí misma a través de las funciones cerebrales.
Cada ser humano posee la mente primordial de Tao dentro de su corazón, pero muy pocos son conscientes de ello. A causa del auto engaño y la falta de claridad de la mente humana, originadas en las percepciones sensoriales y como reacciones a conflictos emocionales, la mayoría de las personas permanecen ciegos a la luz de su propio espíritu primordial hasta el momento de la muerte, cuando todos adquieren un repentino impulso de él. Los más altos estadios de la alquimia Taoísta y la meditación nos enseñan como controlar nuestros sentidos, calmar nuestras emociones, y balancear nuestras energías, de manera que podamos ver tranquilamente nuestro interior más allá de la mente humana con el objeto de restaurar la conciencia de la mente primordial de Tao. Esta conciencia enriquece la vida y también nos prepara para la muerte. Debido a que el espíritu primordial es el único aspecto de la mente que 'no ha nacido y que no muere', aquellos que conocen esto no temen a la muerte, y este conocimiento les da a ellos la perfecta libertad y ecuanimidad en la vida.
El sabio Taoísta Lu Tung-Ping, quien vivió durante la dinastía Tang (AC 618 - 905) y aún es apreciado como una de los grandes padres de la filosofía Taoísta, describió los Tres Tesoros como sigue, traducido aquí por Tomas Cleary:


Vitalidad : En el cielo, la vitalidad es como la Vía Láctea, es la luz del sol, la luna y las estrellas, es la lluvia y el rocío, la nevisca y el granizo, la nieve y la helada. Sobre la tierra es agua, arroyos, ríos, océanos, vertientes, manantiales, estanques y pantanos. En la gente es vitalidad, la raíz de la esencia y la vida, el cuerpo de sangre y carne.

Energía : En el cielo, la energía es sustancia y forma, yin y yang, el movimiento de el sol, la luna y las estrellas, el proceso creciente y menguante, nubes, niebla, neblina y humedad, es el corazón del ser, evolución y desarrollo. Sobre la tierra, es poder, combustible, la médula de miles de seres, la fuente de los ríos de las montañas, es la vida y la aniquilación, activación y acumulación, es el pasaje del tiempo, florecimiento y declinación, ascendente y descendente. En los humanos es energía, movimiento físico, actividad, hablar y percibir, el uso del cuerpo, la conexión entre la muerte y la vida.

Espíritu: En el cielo, el espíritu es el eje, el verdadero director, el silencioso actor, él es la esencia del sol, la luna y las estrellas, es el viento soplando, el trueno sonando; él es compasión y dignidad, es la fuerza de la creación, el basamento del origen de los seres. En la tierra, él es habilidad, comunión, apertura la forma de miles de especies, montañas y aguas, es la paz y la quietud, la fuente de la estabilidad, es la calma, calidez y benevolencia. En los humanos, él es el espíritu, la luz en los ojos, el pensamiento en la mente, es la sabiduría y la inteligencia, el conocimiento innato y la capacidad; él es el gobernador de la vitalidad y la energía, conciencia y entendimiento; es la base del armazón físico, el basamento de la duración de la vida.


Trinidad
Los Tres Tesoros son un aspecto de la trinidad fundamental que fluye a lo largo de la filosofía Taoísta y de las prácticas esotéricas. Anatómicamente, los Tres Tesoros de esencia, energía y espíritu 'residen' en el sacro, tórax y cerebro, donde ellos se manifiestan respectivamente como fluidos, respiración y pensamiento. Energéticamente, los Tres Tesoros son asociados con tres puntos de poder conocidos como 'áreas de curación' ( dan tien), las cuales son los puntos focales de la alquimia Taoísta esotérica. Las esencias se alían en el Campo Inferior de Curación, ubicado detrás y un poco debajo del ombligo, y su nombre alquímico es 'agua'. La energía se acopia en el Campo Medio de curación en el pecho y es asociado con la respiración, el pulso y el habla. Su identidad alquímica es 'fuego'. El espíritu Postnatal es albergado en el Campo Superior de Curación, ubicado detrás del punto que se encuentra entre las cejas, y se asocia con las glándulas pituitaria [i] y pineal [ii] y el hipotálamo [iii]. En la alquimia Taoísta es conocida como el 'embrión'.
Metafísicamente, los Tres Tesoros se originan en los 'Tres Poderes' de cielo, tierra y ser humano. El cielo es la fuente del espíritu, y la tierra es la fuente de los elementos esenciales que constituyen el cuerpo humano. Los humanos, quienes se ubican entre el cielo y la tierra, son la fuente de la Unica fuerza conocida como Genuina Energía Humana, la cual fusiona el espíritu del cielo con la esencia de la tierra para formar el cuerpo humano y manifestar la mente humana.


Alquimia
Todos los humanos han nacido repletos con el pleno potencial de sus potencias innatas primordiales. Durante el curso ordinario de la vida sobre la tierra, las demandas y distracciones del mundo postnatal temporal, gradualmente agotan la esencia, disipan la energía, agotan el espíritu, socavando la salud y acelerando la muerte. La mayoría de las personas son constantemente distraídas por las demandas del cuerpo y sus insaciables apetitos de comida, sexo y entretenimiento. En vez de atesorar sus cuerpos como 'templos del espíritu', abusan de ellos para satisfacer sus apetitos animales. Por cierto, la mayoría de las personas de éstos días tienen mejor cuidado a sus autos que a su propio cuerpo, invierten el dinero más cuidadosamente que su energía, y consagran más tiempo y atención a la televisión que a sus propias mentes. Ellos contaminan sus fluidos corporales esenciales con comidas poco naturales y drogas tóxicas, derrochan su energía con estrés crónico y desórdenes emocionales, y desgastan su espíritu con las miles de distracciones y deseos de la vida mundana. Incluso aquellos quienes profesan interés en la vida espiritual a menudo fracasan en lograr progresos significativos simplemente porque ellos descuidan el primer paso crucial de limpiar su funcionamiento al nivel de la esencia y la energía. Cuando la esencia es contaminada y la energía desequilibrada, el espíritu se desarrolla obscuro y débil.
La alquimia Taoísta revierte éste proceso de agotamiento primero por la purificación y preservación de la esencia, luego por el equilibrio y conservación de la energía, y finalmente cultivando y concentrando el espíritu. A través de un esotérico proceso de alquimia conocido como 'Triple Unidad', la esencia purificada es convertida en energía, la cual es entonces elevada y refinada a través de los centros de energía superiores hasta llegar al cerebro, donde ella es nuevamente transformada para nutrir el espíritu. La Clasificación de las Terapias, un texto médico Taoísta escrito 2.000 años atrás, dice:
'El espíritu es sostenido por la energía, y la energía se obtiene de la transformación de la esencia. La esencia se transforma en energía, y la energía se transforma en espíritu.' Cuando, suficientemente clarificado, energetizado y rejuvenecida, la mente humana es capaz de restaurar su largamente perdida conexión con sus potencias primordiales, recargando por ello los aspectos postnatales de los Tres Tesoros con sus antecedentes prenatales. Esto se llama 'retornar a las fuentes'. A través del cuidadoso control y paciente cultivo de los aspectos temporales de esencia, energía y espíritu manifestados en la vida humana, el adepto de la alquimia Taoísta restaura un enlace directo con las infinitas potencias primordiales de la mente universal de Tao.



Equilibrio y armonía
Los puntos pivotantes del modo de vida Taoísta son el equilibrio y la armonía. La salud y longevidad se basan enteramente en el óptimo mantenimiento del equilibrio y armonía entre los Tres Tesoros, entre las energías de los órganos vitales y entre el cuerpo humano y su entorno natural.
Desde el punto de vista Taoísta, la enfermedad y la degeneración son originados no tanto por las invasiones externas como sí por la 'caída de la propia guardia'. Gérmenes, toxinas, y 'energías negativas' siempre están presentes en nuestro entorno, pero ellas pueden entrar y causar daño solamente en un cuerpo cuya inmunidad y resistencia se arruinen por negligencia y por un estilo de vida inapropiado. La salud y la longevidad no se sustentan en los doctores y las drogas sino por la cuidadosa protección de los Tres Tesoros de vida, y el nacimiento de cualquier enfermedad es una indicación clara de las propias falencias para mantener un sistema de defensa vigoroso.
El camino del equilibrio y la armonía es vivir en concordancia y no en conflicto con la naturaleza. Los principios primordiales del Tao se manifiestan a ellos mismos sobre la tierra en la forma de la Madre Naturaleza, quien en forma impecable obedece y refleja los patrones cíclicos del Tao. Por consiguiente, los Taoístas aprenden el Camino por observación e imitación de la naturaleza. Aquellos que se adaptan a lo natural y aprenden como controlar sus energías alcanzan una vida larga. Quienes desafían lo natural e intentan pervertir sus energías para sacar ventajas y obtener placeres se degradan y mueren tempranamente.
El principio primario de la naturaleza es constante cambio e incesante flujo. Estos cambios y fluctuaciones no son nunca arbitrarios ni caóticos. Ellos son cíclicos y siguen patrones predecibles. Los principios universales de yin y yang, los Tres Tesoros, las Cinco Energías, y otros patrones cíclicos se manifiestan clara y constantemente en la naturaleza, y por el estudio de ellos el adepto aprende como adaptarse al mundo y prosperar entre lo denso y lo sutil. Rígidos apegos a conductas habituales, objetos materiales, e ideas fijas van en contra del Tao y bloquean la propia capacidad de adaptación a un mundo siempre cambiante. Flexibilidad, espontaneidad y completa libertad de pensamiento y acción son el único camino para responder satisfactoriamente al flujo constante de la naturaleza y para vivir en concordancia con el Tao.
El mundo moderno opera bajo la estúpida idea de que la ciencia y la tecnología pueden 'conquistar la naturaleza', por esa razón permiten que los seres humanos sean indulgentes con cada uno de sus caprichos y manías. Nosotros cortamos bosques y desvalijamos los mares, contaminamos el aire que respiramos y envenenamos el agua que tomamos, contaminamos nuestros cuerpos con comidas artificiales y drogas sintéticas, y atrofiamos nuestras mentes con distracciones triviales y conceptos fuera de lo natural. La red resultante de esta batalla entre la naturaleza y los humanos es un entorno hostil que subvierte más que sustentar la vida humana, y los que últimamente pierden son los propios humanos. El cuerpo humano es un producto de la naturaleza altamente evolucionado, sin embargo es obvio que si destruimos nuestro hábitat natural también nos destruimos a nosotros mismos, y ningún grado de ciencia o tecnología puede salvarnos de nuestra propia auto destrucción. Nuestro única esperanza es llamarnos a una tregua y restaurar nuestra armonía con la naturaleza largamente interrumpida, y es aquí donde el antiguo Tao puede servir al mundo moderno. El Tao nos provee con todo lo que necesitamos saber para vivir en concordancia con la naturaleza, para beneficiarnos de la trinidad de cielo, tierra y humanos, y para proteger los preciosos tesoros de esencia, energía y espíritu de los cuales depende nuestra vida.
Desgraciadamente, la mayoría de las personas gastan sus vidas enteras transitando el camino de la disipación sin caer en la cuenta que es el más rápido atajo a la tumba. Como el sabio Lu Tang-Ping dijo:

El cuerpo humano es compuesto enteramente de esencia, energía y espíritu. Si usted no valora su esencia y la derrocha imprudentemente, es como derramar el agua dentro de una copa agrietada. En vez de llenar la copia, ella chorrea hasta que se acaba hasta la última gota. Si usted no derrocha su energía y no la derrocha imprudentemente, es como poner incienso en carbón caliente y continuamente agregar combustible al fuego hasta que el incienso se halla quemado y transformado en ceniza. Si usted no valora su espíritu y lo malgasta indiscriminadamente, es como colocar una lámpara desprotegida al aire libre y dejar que el viento sople hasta extinguirla.

El Tao ofrece una alternativa viable a la conducta auto destructiva de 'vivir en forma liviana', un camino alternativo que conduce a la salud y la longevidad, previene la enfermedad y la degeneración, cultiva la sabiduría, y protege los Tres Tesoros. El modo Taoísta de vida no necesita ser fastidioso o ascético; de hecho, los Taoístas usualmente consiguen sacarle mucho más a la vida que las personas ordinarias, incluyendo los placeres de la comida y el sexo, precisamente porque ellos entienden tanto las limitaciones como las potencialidades de lo natural. A pesar de esto pocas personas siguen éste camino, no porque él sea oscuro u oculto, sino porque es un camino que debe ser transitado lentamente, paso a paso, enteramente bajo nuestro propio poder, manejado solamente por la virtud de nuestra propia disciplina y determinación. Este es un camino de total libertad e independencia, pero pocas personas tienen la intención de ejercitar la senda del auto control y la auto confianza que la libertad demanda. Com Hu Szu-Hui médico del emperador de China, escribió en su manual médico en 1330:

Los hombres de elevada antigüedad conocen el Tao y diseñan sus vidas en armonía de yin y yang, viviendo in completa concordancia con los ritmos de la naturaleza. Ellos observan moderación en la comida y la bebida regularmente en sus vidas cotidianas y no se agotan a sí mismos alocadamente. Consecuentemente viven largas vidas. Pero la gente de hoy es diferente. Sus vidas diarias son irregulares, comen y beben indiscriminadamente sin conocer que evitar, y no observan moderación. Ellos dan a sí mismos demasiada disipación, se dejan tentar libremente por comidas ricamente condimentadas, ignoran el camino de la renunciación y están permanentemente insatisfechos con lo que tienen. Consecuentemente la mayoría de las personas de hoy están arruinadas antes de cumplir los 50 años.

El árbol Taoísta de la salud
La tradición Taoísta de China contiene el más completo y efectivo sistema de prevención y cuidado de la salud del mundo, basado en miles de años de observación empírica y experimentación científica. Este antiguo sistema de salud y longevidad es como un gran árbol viejo enraizado profundamente en el fértil suelo de la filosofía Taoísta tradicional. Independientemente de cual rama del árbol usted cultive, brotan de las mismas raíces, y cada rama da frutos que contiene la semilla del árbol completo.
Las raíces de éste venerable árbol son los principios filosóficos fundamentales del Tao primordial y sus manifestaciones terrestres. Estas raíces teóricas incluyen el Gran Principio de Yin y Yang, los Tres Tesoros de vida, las Cuatro Fundaciones de la salud, las Cinco Energías y así siguiendo, y ellos son clarificados en éste libro en la Parte I: Las raíces.
Desde éstas raíces tres ramas se levantan para formar los tres grandes miembros de la trinidad Taoísta: Los Tres Tesoros de esencia, energía y espíritu. Cada uno de éstos miembros se bifurca en varios troncos de práctica, tales como dieta y nutrición, hierbas y acupuntura, respiración y ejercicios, yoga sexual solo y en pareja, meditación y alquimia interna. Estos son discutidos en detalle en la Parte II: Las Ramas.
Desde las ramas y troncos del árbol crecen los saludables frutos de la practica, el benéfico resultado obtenido por el cultivo del modo de vida Taoísta. Esta rica cosecha incluye salud y vitalidad, longevidad física e inmortalidad espiritual, claridad mental y ecuanimidad emocional. Ellos son cubiertos en la parte III: Los Frutos.
Como agregado, hay capítulos acerca de los híbridos modernos del antiguo árbol, tales como 'Nueva Medicina' y 'Nueva Alquimia', y una sección acerca de 'Prescripciones Preciosas', incluyendo fórmulas para tónicos herbáceos Chinos para realzar la esencia y elevar la energía, comidas terapéuticas para salud y longevidad, y una lista seleccionada de medicinas Chinas públicas que proveen seguro y efectivo alivio de las dolencias comunes.
En la tradición China, la salud es una rama de la filosofía enraizada en los mismos principios universales que gobiernan la cosmología y la química, agricultura y astronomía, medicina y farmacología, y todas las otras ciencias naturales. El cuerpo humano es visto como un microcosmos auto contenido del universo, y varias partes y apéndices son tratados más en términos de sus relaciones funcionales que de sus formas anatómicas. En el sistema de pensamiento Taoísta la comprensión de los fenómenos naturales fundamentales como los ciclos solares y lunares y cambios de estaciones también proveen un significado paralelo respecto del funcionamiento del cuerpo humano. El común denominador que enlaza a todos los fenómenos naturales y equilibra todas las ecuaciones es la energía, la potencia dinámica del universo. La energía es el enlace entre mente y materia, el medio a través del cual los humanos intercalan con las potencias invisibles del cielo y sus manifestaciones visibles sobre la tierra. Es la fuerza penetrante y su poder de transformación la que liga a todos los objetos y actividades en la naturaleza dentro de un sistema orgánico de formas y funciones. Este sistema universal es simplemente llamado el "Camino", o "Tao", y la vida humana florece o declina en la medida en que permanece o se desvía del Camino.
[1] Glándula suprarrenal, órgano vital situado encima del extremo superior de cada riñón en los seres humanos. Las dos partes de la glándula -la porción interna o médula y la externa o corteza- son órganos endocrinos independientes, están compuestas por tipos de tejidos diferentes y realizan funciones distintas. La médula, que contiene gránulos cromafines, secreta la hormona adrenalina como respuesta a la estimulación por el sistema nervioso simpático en momentos de estrés. También secreta la hormona noradrenalina, que desempeña su papel manteniendo normal la circulación de la sangre. Las hormonas de la médula también se llaman catecolaminas. A diferencia de la corteza, la médula de la glándula suprarrenal puede extraerse sin poner en peligro la vida del individuo.
La corteza o capa externa de la glándula secreta un gran número de hormonas esteroides, aunque sólo unas pocas en cantidades significativas. Una de las más importantes es la aldosterona, que regula el balance de agua y sales en el cuerpo. El cortisol y la corticosterona son también vitales, ya que regulan el metabolismo de las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas. Además, esta glándula secreta esteroides sexuales que no influyen decisivamente en el sistema reproductor. Ahora se producen de forma artificial glucocorticoides modificados, que son más efectivos que los naturales en el tratamiento de la enfermedad de Addison y otros trastornos.
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[i] Hipófisis o Glándula pituitaria, glándula endrocrina principal de los vertebrados. Las hormonas que segrega controlan el funcionamiento de casi todas las demás glándulas endocrinas del organismo. Las hormonas hipofisarias también estimulan el crecimiento y controlan el equilibrio del agua del organismo. Véase Sistema endocrino; Hormona.



La hipófisis es una pequeña glándula con forma de riñón, de color rojizo-grisáceo. Se localiza cerca del hipotálamo en la silla turca, en el suelo de la cavidad craneal (en el hueso esfenoides), y está unida a la base del cerebro por un tallo. La hipófisis tiene dos lóbulos —el anterior o adenohipófisis y el posterior o neurohipófisis— que difieren en estructura y función. El lóbulo anterior deriva desde el punto de vista embriológico del techo de la faringe; está compuesto por grupos de células glandulares separadas por conductos sanguíneos y cubierta por una cápsula de colágeno. El lóbulo posterior deriva de la base del cerebro y está compuesto por tejido nervioso y células neurosecretoras. El área que queda entre el lóbulo anterior y posterior de la hipófisis apenas está desarrollada en los humanos, se llama lóbulo intermedio y tiene el mismo origen embriológico que el lóbulo anterior.
Lóbulo anterior
Porción de mayor tamaño de la hipófisis, contiene grandes cantidades de sustancias químicas u hormonas que controlan de diez a doce funciones del cuerpo. Es posible obtener extractos de estas sustancias a partir del lóbulo anterior de la hipófisis de ganado vacuno, ovino y porcino. Ocho hormonas han sido aisladas, purificadas e identificadas. Todas ellas son péptidos compuestos por aminoácidos. La hormona del crecimiento (GH) o somatotropina es esencial para el desarrollo del esqueleto durante el crecimiento y se neutraliza por las hormonas gonadales durante la adolescencia. La hormona estimulante del tiroides (TSH) controla la función normal de la glándula tiroides, y la hormona adrenocorticotrófica o adrenocorticotropina (ACTH) controla la actividad de la corteza suprarrenal y participa en las reacciones de estrés (véase Cortisol). La prolactina (LTH), también llamada hormona lactopénica o luteotropina, inicia la secreción mamaria durante la lactancia después de que la mama haya sido preparada durante el embarazo por la secreción de otra hormona hipofisaria y de hormonas sexuales. Las dos hormonas gonadotrópicas son la foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH). La foliculoestimulante induce la etapa de la formación del folículo de De Graaf en el ovario en la mujer y el desarrollo de los espermatozoides en el varón. La hormona luteinizante estimula la formación de hormonas ováricas tras la ovulación e induce la etapa de lactancia en las mujeres; en el hombre estimula los tejidos del testículo para producir testosterona. En 1975, los científicos identificaron una sustancia llamada endorfina que actúa en animales de experimentación controlando el dolor en situaciones de estrés. La endorfina y la ACTH se forman a partir de una proteína de cadena larga que, más tarde, se rompe. Este puede ser el mecanismo para controlar las funciones fisiológicas de dos hormonas inducidas en situaciones de estrés. La misma prohormona que contiene la ACTH y la endorfina también contiene péptidos cortos como la hormona estimulante del melanocito. Esta sustancia es análoga a la hormona que regula la pigmentación en peces y anfibios, pero en los seres humanos apenas tiene importancia.
Distintas investigaciones han demostrado que la actividad hormonal del lóbulo anterior de la hipófisis está controlada por mensajeros químicos, enviados desde el hipotálamo a través de finos capilares sanguíneos que conectan con el lóbulo anterior de la hipófisis. En la década de 1950 el neurólogo británico Geoffrey Harris descubrió que al interrumpir el aporte sanguíneo del hipotálamo a la hipófisis se alteraba la función hipofisaria. En 1964 se encontraron en el hipotálamo agentes químicos llamados factores reguladores; estas sustancias afectan a la secreción de la hormona del crecimiento, a la hormona estimulante del tiroides, llamada tirotropina y a las hormonas gonadotróficas en relación con los testículos y los ovarios. En 1969 el endocrinólogo estadounidense Roger Guillemin y sus colaboradores aislaron y caracterizaron el factor regulador de la tirotropina, que estimulaba la secreción del factor estimulador del tiroides en la hipófisis. En los cinco años siguientes, al lado del fisiólogo estadounidense Andrew Schally, aislaron el factor regulador de la hormona luteinizante que estimula la secreción tanto de LH como de FSH y la somatostatina, que inhibe la secreción de la hormona del crecimiento. Por este trabajo, que demostraba que el cerebro y el sistema endocrino están ligados, le fue otorgado el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1977. La somatostatina fue una de las primeras sustancias que pudieron obtenerse a partir de bacterias mediante técnicas de recombinación del ADN.
La presencia de factores de regulación en el hipotálamo ayudó a explicar la acción de las hormonas sexuales femeninas, estrógenos y progesterona, y la producción de formas sintéticas de las mismas como contraceptivos orales o píldoras anticonceptivas. Durante un ciclo femenino normal se precisan numerosos cambios hormonales para la producción de óvulos por el ovario para una posible fecundación. Cuando los niveles de estrógenos descienden, el factor regulador del folículo aumenta su concentración en la hipófisis y estimula la secreción de hormona foliculoestimulante (FSH). A través de un mecanismo de realimentación similar, la caída de niveles de progesterona causa una caída del factor regulador luteico, que estimula a su vez la secreción de la hormona luteinizante (LH). La maduración del folículo en el ovario produce estrógenos, y un aumento en los niveles de esas hormonas influye en el hipotálamo para disminuir, de forma temporal, la producción de FSH. El mecanismo de realimentación por el incremento de progesterona sobre el hipotálamo provoca un descenso en la producción de LH por la hipófisis. Las dosis diarias de estrógenos sintéticos y progesterona en forma de contraceptivos orales, o la inyección de las mismas hormonas, inhiben la actividad reproductiva de los ovarios, ya que imitan los efectos de estas hormonas sobre el hipotálamo.
Lóbulo intermedio
En los vertebrados inferiores esta parte de la hipófisis segrega la hormona estimulante de los melanocitos, que ocasiona cambios en el color de la piel. En los seres humanos, esto ocurre sólo durante cortos periodos iniciales de la vida y durante el embarazo, pero no está demostrado que tenga que ver con ninguna función.
Lóbulo posterior
En el lóbulo posterior se segregan dos hormonas. Una de ellas es la hormona antidiurética (ADH) o vasopresina. La vasopresina estimula los túbulos renales para absorber agua del plasma filtrado en los riñones y esto controla la cantidad de orina excretada. La otra hormona secretada por el lóbulo posterior es la oxitocina, que provoca la contracción de las fibras del músculo liso del útero, intestinos y arteriolas. La oxitocina estimula la contracción de los músculos del útero en la etapa final del embarazo para permitir la expulsión del feto y estimula la eyección o subida de la leche de la glándula mamaria. Sintetizada en 1953, la oxitocina fue la primera hormona hipofisaria producida artificialmente. Tres años más tarde fue sintetizada la vasopresina.
Trastornos hipofisarios
El funcionamiento de la hipófisis se altera por distintos factores como tumores, intoxicaciones, coágulos de sangre e infecciones. Los problemas que provoca el descenso de la secreción del lóbulo anterior de la hipófisis incluyen el enanismo, la enfermedad de Simmond y el síndrome de Fröhlich. El enanismo se produce cuando la deficiencia en las secreciones del lóbulo anterior ocurren durante la infancia. En algunos casos, aparece cuando los huesos de las extremidades son cortos y frágiles, en especial cuando la deficiencia se produce tras la pubertad. El síndrome de Simmond se produce cuando hay un daño importante del lóbulo anterior de la hipófisis, y se caracteriza por envejecimiento precoz, pérdida de cabello y dientes, anemia y desnutrición; puede ser fatal. El síndrome de Fröhlich, también llamado distrofia adiposogenital, se produce por un defecto tanto del lóbulo anterior de la hipófisis como del lóbulo posterior o del hipotálamo. Ocasiona obesidad, enanismo y retraso en el desarrollo sexual. Las glándulas sometidas a la influencia de las hormonas del lóbulo anterior de la hipófisis se ven también afectadas por el déficit hipofisario anterior.
La hiperproducción de una de las hormonas del lóbulo anterior hipofisario, somatotropina, origina una enfermedad crónica llamada acromegalia , que se caracteriza por el aumento del tamaño de ciertas partes del cuerpo. Las deficiencias del lóbulo posterior dan lugar a la diabetes insípida. [i]

[ii] Glándula pineal, pequeña proyección cónica de la parte superior del cerebro medio de la mayoría de los vertebrados, que aparece en el embrión como una excrecencia del cerebro. La glándula pineal no existe en los cocodrilos ni en los mamíferos del orden Edentata (osos hormigueros, perezosos, armadillos), y consta sólo de algunas células en las ballenas y los elefantes. En los seres humanos, esta estructura se desarrolla hasta el séptimo año de vida, momento en que es algo mayor que un garbanzo; después, a lo largo de la vida, se depositan en la glándula pineal partículas minerales pequeñas, sobre todo calcio. A veces, los depósitos minerales pueden ser observados en radiografías del cerebro.
Esta glándula recibe su nombre del fisiólogo francés Philippe Pinel, que fue el primero en describirla en un cerebro humano. Se está comenzando a conocer poco a poco cuáles son las funciones de esta glándula. Tiene propiedades tanto neuronales como endocrinas, y en los vertebrados menos evolucionados, como la lamprea, este órgano está colocado sobre un pedúnculo cercano a una abertura del cráneo, y funciona como un órgano fotorreceptor. En vertebrados superiores, como los reptiles e incluso algunas especies de aves, aún se observan estructuras fotorreceptoras unidas a la glándula pineal. En los mamíferos, la glándula pineal no es fotosensible, pero sigue habiendo una conexión neuronal entre los ojos y la glándula. De este modo, las funciones de la glándula pineal en un animal se relacionan con los niveles de luz circundante.
El aislamiento de la hormona melatonina en 1958, condujo a un conocimiento más completo de la glándula pineal. Estudios realizados en animales demuestran que esta glándula sintetiza y segrega melatonina casi sólo por la noche, e interrumpe esta función durante el día. A su vez, la melatonina puede influir en las funciones de otros órganos endocrinos, tales como el tiroides, las glándulas adrenales, y las gónadas. Otros experimentos demuestran que los cambios producidos en el nivel de melatonina de los animales que se reproducen estacionalmente, pueden afectar a su ciclo reproductor, y que la disminución de la melatonina provocada por la iluminación artificial puede prolongar la actividad procreadora. Sólo se está comenzando a conocer el papel de la glándula pineal y de la melatonina en el control de estos biorritmos, pero se mantiene la hipótesis de que incluso los animales que no se reproducen estacionalmente, como los seres humanos, son afectados por sus funciones diarias.



"Glándula pineal", Enciclopedia Microsoft(R) Encarta(R) 99. (c) 1993-1998 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[iii] Hipotálamo, parte del cerebro que cumple una función importante en la regulación de la homeostasis (funciones vitales que mantienen constante el medio corporal interno), el comportamiento sexual y las emociones. Aunque el hipotálamo constituye menos del uno por ciento del volumen total del cerebro humano, ejerce efectos importantes sobre el sistema endocrino (centros productores de hormonas), sobre el sistema nervioso autónomo (que controla las acciones involuntarias) y sobre un sistema neuronal mal definido que se denomina sistema límbico (relacionado con la motivación y los instintos).
Anatomía
El hipotálamo humano pesa unos cuatro gramos y forma parte del diencéfalo. Está situado en torno al tercer ventrículo y en su base, por debajo del tálamo y por encima de la hipófisis, a la cual está unido por el tallo hipofisario. El hipotálamo está dividido en varios núcleos diferentes (agregados de cuerpos neuronales). Existen nervios que lo conectan con todas las regiones del cerebro. También recibe nervios que proceden de las zonas erógenas (los genitales y los pezones), de las vísceras (órganos internos) y del sistema límbico. Además, el hipotálamo es capaz de detectar cambios en la osmolaridad de la sangre, y se ve afectado por las concentraciones de las distintas hormonas presentes en el torrente sanguíneo. De este modo, el hipotálamo puede integrar señales físicas y emocionales procedentes de todo el cuerpo y poner en marcha las respuestas corporales adecuadas.
El hipotálamo tiene conexiones vasculares con el lóbulo anterior de la hipófisis. Estos capilares sanguíneos se conocen como sistema portal hipotálamo-hipofisario, y conectan los lechos capilares del hipotálamo con los lechos del lóbulo anterior de la hipófisis. Así, permiten que las hormonas y los factores liberadores que segrega el hipotálamo se desplacen hacia la hipófisis, donde actúan sobre las células hipofisarias. También hay nervios que conectan el hipotálamo con el lóbulo posterior de la hipófisis. Las hormonas que segrega el hipotálamo descienden por estas neuronas (células de los nervios) hasta el lóbulo posterior de la hipófisis, antes de ser liberadas al torrente sanguíneo.
Los nervios que salen del hipotálamo también están conectados con nervios del interior de la médula espinal, que controlan aquellas regiones del cuerpo responsables de la comida, la bebida, la regulación de la temperatura y el funcionamiento cardiovascular (latidos del corazón y grado de constricción de los vasos sanguíneos). También hay conexiones externas con la corteza cerebral y con el sistema límbico, de manera que el hipotálamo puede actuar sobre las regiones del cerebro responsables de los cambios emocionales y de humor.
Funciones del hipotálamo
Experimentos realizados con ratas han demostrado de forma clara que el hipotálamo cumple una función importante en la regulación del comportamiento relacionado con la alimentación. Si el hipotálamo sufre algún daño en la región medial, la rata come en exceso y se vuelve obesa; sin embargo, si lo que se daña es la zona ventral del hipotálamo, la rata rehusa la comida y muere por inanición. El hipotálamo humano no tiene una función tan importante como la de los roedores, porque en los seres humanos las decisiones conscientes tienen mayor peso en procesos tales como comer o beber. Se ha demostrado que los hábitos y las costumbres influyen más sobre la cantidad de alimento que se ingiere que el apetito real; por ello, en las culturas de la opulencia la incidencia de la obesidad es elevada.
El hipotálamo también produce efectos sobre el sistema cardiovascular y el resto del sistema nervioso autónomo. Su acción es vital para mantener la coordinación entre el cuerpo y la mente; por ejemplo, es responsable de los cambios que deben producirse en el organismo antes de realizar ejercicio físico o en una situación de peligro.
El hipotálamo puede ser considerado como el termostato que mantiene constante y regula la temperatura corporal. Es capaz de poner en marcha los mecanismos que controlan la temperatura del cuerpo y puede iniciar los escalofríos, la contracción o dilatación de los capilares sanguíneos periféricos, comportamientos tales como quitarse o ponerse ropa, encender la calefacción central o moverse hacia la sombra.
Funciones endocrinas del hipotálamo
El hipotálamo es responsable del control de las hormonas liberadas por los lóbulos anterior y posterior de la hipófisis. Las hormonas segregadas por el hipotálamo que afectan al lóbulo anterior de la hipófisis son: 1) hormona liberadora de corticotropina, que estimula la liberación de hormona adrenocorticotropina; 2) hormona liberadora de tirotropina, que estimula la liberación de hormona estimulante del tiroides; 3) hormona liberadora de la hormona del crecimiento y somatostatina, que estimula e inhibe la liberación de hormona del crecimiento, respectivamente; 4) hormona liberadora de gonadotropina, que controla la liberación de hormona estimulante del folículo y de hormona luteinizante; 5) factor inhibidor de la liberación de prolactina y factor liberador de prolactina, que controlan la liberación de esta hormona.
Los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo sintetizan oxitocina y vasopresina (también llamada hormona antidiurética o ADH). Estas dos hormonas descienden por los axones (extensiones largas del cuerpo de las neuronas) hasta el lóbulo posterior de la hipófisis, dentro de gránulos secretores. Cuando se recibe un estímulo nervioso, estos gránulos descargan su contenido en la hipófisis posterior y las hormonas alcanzan el torrente sanguíneo. Además de sus efectos como hormonas, la vasopresina y la oxitocina también pueden actuar como neurotransmisores. Se ha demostrado la existencia de conexiones entre el hipotálamo y el sistema límbico y la médula espinal. En ellas, estas hormonas son responsables de la transmisión de impulsos nerviosos.
El papel principal de la oxitocina es la secreción de leche. También actúa en la iniciación y el mantenimiento de los procesos del parto. La succión pone en marcha la secreción de oxitocina a través de una ruta nerviosa que conecta el pezón con el hipotálamo; la señal nerviosa da lugar a la liberación de oxitocina, responsable de la producción de la leche. El oír a un niño llorar puede producir el mismo efecto; éste es un ejemplo de las conexiones que existen entre el hipotálamo y las otras regiones del cerebro. La vasopresina está implicada en el control de la cantidad de agua que el cuerpo contiene. Actúa sobre la región distal de la nefrona y sobre los túbulos colectores del riñón, en donde produce el aumento de la reabsorción de agua procedente de la orina y, por consiguiente, mantiene el nivel de agua en el cuerpo.
El núcleo supraquiasmático es una zona del hipotálamo implicada en la regulación de los ritmos corporales circadianos. Estos ritmos son fluctuaciones de los niveles de algunas hormonas en el torrente circulatorio por ciclos de 24 horas (por lo general se correlacionan con periodos de luz y periodos de oscuridad). Esto asegura que los niveles de las distintas hormonas sean más elevados según sean las necesidades del cuerpo. Por ejemplo, los niveles de cortisol se elevan todas las mañanas justo antes del despertar. Esto hace que se eleven los niveles de glucosa en la sangre para contrarrestar el efecto producido por el ayuno nocturno.
Disfunciones del hipotálamo
El hipotálamo puede resultar dañado como consecuencia de una operación quirúrgica; de traumas tales como un accidente de tráfico o un golpe; de la degeneración debida al envejecimiento o a alguna enfermedad; o de un tumor. Las consecuencias pueden ser muy variadas y dependen de la región del hipotálamo afectada.
Una lesión del hipotálamo o del tracto hipofisario-hipotalámico puede producir diabetes insípida. En estos casos se produce la disminución de los niveles de producción de vasopresina, lo que hace que se produzcan grandes volúmenes de orina.
Otros síntomas pueden incluir anomalías sexuales (tales como una pubertad prematura), desequilibrios psíquicos, obesidad, anorexia, alteraciones en la regulación de la temperatura, desórdenes del sueño y alteración de los ritmos circadianos normales.



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